La Sagrada Llama
La brisa traspasando las palmas,
la liviandad del alma,
la paz inherente que no conoce traición ni espadas.
El centro, poderoso reino,
en la plenitud el alma alberga.
En un lugar invisible al ojo humano,
lo que despierta del largo y falso sueño:
¡libertad! Conciencia,
capaz de girar la rueda del destino,
iluminando la propia vida.
¡Despertando de los sueños!
Viviendo como solo el respiro del eterno lo aclama.
Donde el ser humano
se convierte en conquistador de sus profundos anhelos,
escritor de sus pasos,
alas de sus opresiones,
de sí mismo faro, claras verdades.
Lo que busca el ser: regresar a casa,
en las palmas amorosas de la presencia divina,
donde se fecunda y se fermenta el principio,
el misterio de la vida.
¡La sagrada llama!
La que vive y no se extingue,
lo único que libera al hombre.
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