A simple vista
Ordinario parece el mundo: los árboles, el sol, la misma humanidad.
Las calles, las flores, los olores, los dolores que en silencio esconden quienes caminan por la carretera.
Tan ordinario... pero en realidad santo.
Es así como la presencia de unos ojos, de unas manos, de un alma puede transformar lo ordinario,
Despertar la maravillosa simplicidad en algo profundo que impacta cada átomo, cada célula, cada canal, la frecuencia, con sintonía entre lo humano y lo divino.
Me encantó. Muchas bendiciones Rosa de Humo
ResponderEliminarGracias Karen sin duda una persona extraordinaria
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